sábado, 5 de abril de 2014

La importancia de llamarse Juan Ramón Jiménez

Dicen que Juan Ramón Jiménez, como en todo, también le dio un tratamiento peculiar y original a su ortografía. Su interés por simplificarla obedece, más que a una preocupación por la  Gramática, a un mayor acercamiento entre los fonemas y las grafías que lo representan porque defendía la idea de que había que escribir como se hablaba. (sic)

“Espresar con palabra lírica aquel espectáculo sobrecogedor de altura y lejanía, inmensamente acertadas... Aquel ofrecimiento amontonado de claridad tan lejana y tan cercana (...) aquel deseo mío de espresármelo…”

Cuando a mí se me cuela una H en te hecho de menos, porque la muy ladina es más sigilosa que una serpiente y no hace ruido a menos que su interlocutor sea extranjero, es una falta ortográfica grave.

Si yo he hecho que echar de menos tenga una letra de más, que por cierto es muda, ¿no podría entenderse que es porque detesto la discriminación y entiendo que una H merece ser tenida en cuenta igual que el resto de las letras?  Pues no. ¡Me cachis con la ortografía! 

 He decidido que en lugar de repetir la frase errada quinientas veces como en el cole, mejor escribir alguna tontería que sirva para refrescar la memoria.